domingo, 28 de septiembre de 2008

Análisis

Hace un tiempo... bueno, hace ya mucho tiempo que no escribo. Hablo de esas libretas, normalmente de cuadros y tapas duras a ser posible, tamaño cuartilla, en las que durante una época escribía. No era un diario, eso sólo lo intenté a los 8 o 9 años, cuando hacía una lista de los niños que me gustaban o me habían gustado, y más q nada porque no tenía nada más que decir. Ahí dejaba campar a sus anchas a mi vena pedante y hacía comentarios sobre los libros que leía de forma totalmente asistemática, o escribía alguna reflexión de esas sesudas sobre la vida o lo sinsentido que la sentía. En una de ellas casí llegué a reconocerme, bueno, lo hice a mi manera. Recuerdo que en aquel momento escribía en inglés, y no por ningún tipo de pedantería sino porque pensaba en esa lengua casi todo el día. A veces, recuerdo también, mi escritura se volvía enana, chiquitita, minúscula, casi ilegible para ojos desentrenados, y es que aún siendo yo la única lectora su potencial de comunicación con el exterior no se me escapaba y la vergüenza y la autoconciencia me podían. Esas libretas también están llenas de exabruptos, de insultos velados, de vergüenzas, ... tan alto me hacía sentir la literatura, tan bajo caía después al observarme. Allí reconocí admiraciones y casi obsesiones que jamás he mencionado o enumerado. Reuní ideas, reflexiones, comentarios, y citas que en ese momento significaban. Parece que mi cerebro funcionaba, a su disfuncional manera, pero funcionaba.

Hace mucho que no escribo. Hace tanto que ya no me acuerdo de como sonaba yo. No recuerdo si prefiero las coordinadas o las subordinadas, si abuso de las comas o de los paréntesis. Ya no siento las frases salir de mí, ya no hay frases, ni oraciones, ni coordinadas, yuxtapuestas o subordinadas. Es como si mi mente hubiera enmudecido. Me noto incapaz de profundizar un pensamiento, cuando hablo no tengo criterio, se me escapan las sutilezas y me he vuelto oscura por necesidad o accidente y no por elección o decisión. Vivo, sí, es obvio (o no tanto, pero en fin, no entraremos en discusiones metafísicas), pero ¿qué me queda después? ¿Qué trascendencia tiene el 12 de marzo de 1998? ¿Y el 24 de noviembre de 2004? Y no, no es que quiera ser Funes el memorioso, pero no me noto yo (como si alguna vez hubiera sabido quién era yo...), o me noto un yo insustancial, sombra, que solo es potencial remoto.

Tengo una libreta. Pero tal vez debería comprarme una de rayas, de las de aquí, aunque no me gustan demasiado. O tal vez debería emborracharme más a menudo, q hace mucho q no lo hago. Y matar neuronas. Y dejar los pensamientos profundos para la ducha, q es el único lugar donde tienen sentido...

3 comentarios:

Hei Jei dijo...

BIENVENIDA!
Estás en la última etapa del hastío de uno mismo... anda que te he ayudao con el comment, eh?
xDD
tienes razón, el alcohol siempre es bueno en estos casos.

ya queda menos para q nos tomemos unas cervecitas en El racò de les paraules... es deia així? és igual, ja saps, el bar-bollo :D

un petò pinda!

Ripley dijo...

Yo tengo una libreta donde apunto ideas y reflexiones que luego convierto en posts, aunque no todo lo que anoto pasa luego al blog. Va bien, porque cuando la abro y miro puedo ver también el ritmo de mi vida y lo que me interesa o pienso en cada momento así que sea como sea la libreta sigue usándola. un beso guapa

Pinda dijo...

Bien hallada, xDD
uf, no sé si es la última etapa, me temo q aún me puedo hartar a mí misma un poco más... xD
bebamos, jei, bebamos... necesito salir de fiesta, bueno, más bien beber ya!!!!! y no, no voy a beberme las cervezas yo sola en mi habitación, xD
I sí, es deia molt semblan (café)... ara mateix donaria molt per poder anar a pendre una canya allà...
un petò :)

Ripley/Pauline: intentaré volver a ello, lo hecho de menos, y el cerebro, como cualquier músculo es verdad q necesita entrenamiento. Mi relación con esas libretas es parecida, es una buena manera de keep track of things. Un beso